29 de marzo de 2011
por Dr. Mario Marazzi-Santiago
En uno de los periódicos principales de Puerto Rico, recientemente, se presentó un análisis de las estadísticas de desempleo de enero 2011.
En el mismo se toma nota de que entre enero 2010 y enero 2011 se redujo el número de personas empleadas por 26,000 personas y el número de personas en el grupo trabajador activo en la fuerza laboral por 31,000 personas.
Es importante anotar que, para efectos de análisis, el grupo trabajador se define como la suma del número de personas empleadas y del número de personas desempleadas (aquellos activamente buscando empleo). Entonces es forzoso concluir que el número de desempleados también se redujo por: (Cambio en el número de personas en grupo trabajador) – (Cambio en el número de personas empleadas) = (-31,000) – (-26,000) = ‑4,000 personas. Es por lo tanto de esperarse (aunque no siempre) que la tasa de desempleo haya bajado un poco entre estos dos meses.
Cabe destacar, además, que estos datos mensuales son afectados por ciclos estacionales todos los años. Cuando esto ocurre, se preparan versiones de los datos que han sido desestacionalizados. De hecho, en los demás países, los medios de comunicación y el gobierno principalmente reportan los datos desestacionalizados, porque es difícil interpretar los cambios de mes a mes de datos que no han sido desestacionalizados. Puerto Rico cuenta con una tasa de desempleo desestacionalizada: según ésta entre enero 2010 y 2011 no hubo cambio en la tasa de desempleo.
Compartimos con el autor del artículo la urgencia de medir extensamente las personas que ni trabajan ni están activamente buscando empleo. También compartimos el deseo para mejor medir la contribución económica y laboral de las amas de casa, entre otros.
Estos esfuerzos, sin embargo, deben reconocer los estándares actuales de la Organización Internacional del Trabajo de las tasas de desempleo que requieren: 1) excluir de la definición del número de personas desempleadas los que no están activamente buscando empleo, y 2) excluir de la definición del número de personas empleadas los que trabajan en su hogar sin remuneración económica.
Una posibilidad es que Puerto Rico comience a contar con indicadores alternos que se presentan de manera experimental para otros países, incluyendo Estados Unidos, para atender algunas de estas razonables críticas. Ver Tabla A-15 del informe mensual de la tasa de desempleo de Estados Unidos.
No olvidemos que con los datos del Censo 2010 será además necesario pronto revisar la tasa de desempleo de Puerto Rico de la última década, y que esta tendrá que reconocer que la población bajó entre el 2000 y 2010. Tal vez esta revisión sea una buena oportunidad para que Puerto Rico trate de comenzar a presentar algunos de estos indicadores alternos.