20 de julio de 2015
por Orville Disdier
Según estudios realizados por el Center on the Developing Child de la Universidad de Harvard, los niños (entiéndase los niños y las niñas) que son expuestos a factores tóxicos estresantes tiene una alta probabilidad de desarrollar problemas físicos y mentales. Específicamente, esos estudios establecen que la pobreza es un factor tóxico estresante que parece tener un impacto negativo en el desarrollo de las conexiones cerebrales de los niños que experimentan la misma.
Por su parte, en su libro titulado Teaching with Poverty in Mind, Eric Jensen afirma que los estudiantes que habitan en familias pobres están expuestos a estresores que minan su desempeño escolar, reducen su capacidad creativa, provocan ausentismo escolar, promueven sentimientos depresivos y propician problemas de conducta. En otras palabras, la idea central del mensaje que estos expertos nos tratan de transmitir es que los estudiantes que viven en familias pobres están a más a riesgo de tener un bajo aprovechamiento escolar que aquellos que viven en familias con un mayor ingreso económico. Luego de leer esta aseveración es inevitable que nos surja la siguiente pregunta, ¿se observa este mismo fenómeno en los estudiantes puertorriqueños? Es decir, en Puerto Rico, ¿los estudiantes pobres presentan un menor aprovechamiento académico que los estudiantes no-pobres? El análisis preliminar de los datos brindados por el Departamento de Educación de Puerto Rico (DE) parece sugerir que la contestación es sí.
Anualmente el DE recopila información sobre el ingreso económico familiar de sus estudiantes mediante el llamado “Reporte Socioeconómico” que los padres deben llenar en el hogar. A través de dicho reporte se establece si el estudiante está sobre el nivel de pobreza o bajo el nivel de pobreza. El nivel de pobreza se determina mediante unas tablas diseñadas por el gobierno federal. Por ejemplo, según las tablas del año 2014, una familia de 4 personas en donde 2 de ellas son menores 18 años y cuyo ingreso familiar sea menor de $24,008 es considerada una familia bajo el nivel de pobreza y por consiguiente, si los menores son estudiantes, se clasifican como estudiantes pobres. Además, anualmente los estudiantes del DE toman las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA), las cuales miden el aprovechamiento en las materias de español, inglés, matemática y ciencias.
El análisis de los datos de estudiantes del DE, que estaban matriculados en la escuela superior durante el año escolar 2011, demuestra que existe asociación estadísticamente significativa entre el estatus económico del estudiante y sus resultados en las PPAA. En específico, los estudiantes pobres presentaron dos veces mayor probabilidad, en comparación con los estudiantes no-pobres, de haber obtenido puntuaciones bajas (“pre-básico” o “básico”) en las PPAA para todas las materias. Ciertamente, no todos los estudiantes pobres presentan un bajo aprovechamiento académico, pero desafortunadamente la mayoría está en desventaja.
Vale que procuremos utilizar esta evidencia empírica para reconocer la importancia de robustecer los programas de prevención e intervención. Estos estudiantes necesitan énfasis en el desarrollo de sus destrezas sociales y en el fortalecimiento de su autoestima. A nivel de política pública hay que reorientar las prioridades hacia este tipo de programas de desarrollo humano, que prometen beneficios duraderos para nuestra sociedad y economía.
Confiamos en que el DE continuará compartiendo sus datos con el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico pues de esta manera podemos seguir brindándoles el apoyo que ellos necesitan; apoyo que tiene como único propósito el bienestar de nuestros estudiantes.